Ribera del Duero demuestra que los tintos no sólo maridan con pastas, carnes y queso. Dar por hecho esta ley no escrita es privarse de todo un universo de experiencias gastronómicas.
Ribera del Duero demuestra que los tintos no sólo maridan con pastas, carnes y queso. Dar por hecho esta ley no escrita es privarse de todo un universo de experiencias gastronómicas.