El vino de Robert Mondavi

Cuando se tiene una visión como la de Robert Mondavi para hacer las cosas de forma diferente y trabajar incansablemente hasta lograr un producto de excelencia, es fácil inspirar a los demás y detonar un cambio. Pese a que Robert no fue un viticultor o un enólogo de profesión, conoció el negocio desde abajo, entendió las necesidades de toda la cadena de producción y supo reconocer una gran oportunidad potencial. Esa mentalidad hizo que su solo nombre pasara a la historia como sinónimo de liderazgo, calidad y excelencia en los buenos vinos norteamericanos.

Hitler, el dictador abstemio que amaba los buenos vinos

Adolf Hitler era vegetariano, abstemio y no fumaba. Sin embargo, sentía una profunda obsesión por rodearse de arte y Buenos Vinos franceses. Aunque el dictador no bebía, los generales nazis que lo rodeaban disfrutaban de las botellas de vino que el ejército alemán saqueó a su paso por Europa. Muy particularmente en las provincias francesas…