El vino de Luis Miguel

En un rincón apartado del prestigioso restaurant Picasso, hay un hombre solitario que disfruta una costosa botella de Vega Sicilia sin esperar a nadie. No se sabe si nadie se atreve a acercarse a su mesa o si al hombre no le interesa en lo más mínimo el contacto humano. Todos en el exclusivo restaurant del hotel Bellagio de Las Vegas saben de quién se trata.

Ese hombre es Luis Miguel, el cantante mexicano más importante de los últimos tiempos.

Con la mirada perdida, Luis Miguel Gallegos Bastieri acerca la copa a su nariz para disfrutar el sofisticado aroma del exclusivo blend español de cabernet y tempranillo con 52 meses en barrica. La botella sobre su mesa es la etiqueta Único, de la bodega española Vega Sicilia, ubicada en Valbuena del Duero, una de las más codiciadas por los amantes del vino pues no son más de 130.000 unidades las que salen al mercado cada año. La exclusividad exige límites.


El prestigio de Vega Sicilia se sustenta en su calidad a toda prueba. Si un año la cosecha no es de primera, no hay vino. Con un precio promedio de 330 euros la botella y una venta cerrada a no más de 4,500 clientes, la exclusividad del producto está garantizada. En la selecta lista de venta directa, en la que figuraron personajes como Winston Churchill y Julio Iglesias, hoy se cuenta a Julian Serrano, el chef ejecutivo del restaurant Picasso.

Bajo la dirección y buen gusto de Serrano, el restaurant Picasso, poseedor de dos estrellas Michelin, se ha distinguido por una exclusiva carta de vinos merecedora del codiciado premio Grand Award of Excellence de la revista Wine Spectator.

Julian Serrano es una de las pocas personas con las que “El Sol” comparte la mesa y el vino. A finales de 2017, Serrano compartió en una entrevista para la televisora Univisión los gustos del cantante. “Le gusta tomar buen vino y comer bien. La única diferencia, es que ahora viene solo y no con las 20 personas que venía antes. Ha cambiado, a este restaurant en concreto ha venido solo”

El vino favorito de Luis Miguel sigue siendo el Vega – Sicilia Único. “Todavía lo toma. Yo me he sentado a charlar con él durante 7 u 8 horas. He cerrado el restaurante con él. Hablamos de música, de conciertos, de ciudades, de negocios, de mujeres.”

Como en muchos otros aspectos en su vida, es difícil rastrear el momento en el que “El Sol” cultivó su afición a los buenos vinos. Probablemente las esferas sociales en las que se rodeó fueron delimitando sus gustos en el fabuloso mundo vinícola. Un interés que lo llevó a incursionar, durante algún tiempo, en el negocio de los vinos con su propia etiqueta, manufacturada por la bodega chilena Ventisquero.

El proceso de creación de “Único. Luis Miguel”, inició en 2002, cuando Luis Miguel y el enólogo chileno Aurelio Montes realizaron una cata “a ciegas” en barrica de las diferentes muestras de vino premium de la Viña Ventisquero.

Yo no quería que él pusiera su firma ni que fuera un producto publicitario más. Quería que él se involucrara y eso lo puso súper feliz. Decía que hablábamos entre artistas, porque él admira mucho nuestro trabajo” señaló Aurelio Montes en una entrevista para el medio chilevinos.com en 2005. “Cuando le pregunté a Luis Miguel qué quería comunicar con este vino fue muy claro: me encanta tomar vino, pero lo que yo busco es que le guste a las mujeres” agregó el enólogo.

 

Sobre los gustos del cantante, Montes consideró que Luis Miguel: “Se maneja muy bien en el lenguaje enológico, es un gran degustador, muy certero en sus juicios, mucho más allá de un consumidor normal, con una formación en la vida, ya que al viajar mucho ha probado muchas calidades de vino”.

“Me impresionó lo buen degustador que es. Tenía muy claro lo que quería y yo sólo me dediqué a afinar la mezcla final de un vino que pretende a todas luces tener la estructura tánica de un Cabernet Sauvignon con ese 15% de Syrah que le da suavidad y dulzura en el paladar. Justo lo que él quería”, finalizó el enólogo Montes.

 

“Único. Luis Miguel” fue un vino con una producción limitada a 2,000 botellas por añada. Su distribución se limitó a Chile, México y las ciudades con población latina de Estados Unidos. Aunque se desconoce la razón por la que dejó de producirse, algunas botellas todavía pueden conseguirse a un precio promedio de 25 dólares y son verdaderos artículos de coleccionista.

La carrera de Luis Miguel está llena de triunfos deslumbrantes, pero también de pasajes oscuros que han tenido un fuerte impacto en su vida personal. “Su padre, Luis Rey murió a los 47 años, de un infarto después de meses de abandono y en medio de un alcoholismo exagerado”. Relata en su libro “Luis Miguel, el gran solitario” la periodista Claudia de Icaza. “Luis Rey no soportó mucho tiempo vivir en la normalidad. Algo que para él representaba permanecer en las tinieblas”.

El tiempo, las circunstancias y los golpes de la vida modifican muchos rasgos de la personalidad. Probablemente, el alcoholismo y la prematura muerte de su padre en 1992, provocaron que el cantante hoysea cuidadoso con lo que bebe y cuando lo bebe. Rebasar la edad que tenía su padre al momento de su muerte, probablemente lo ha hecho valorar la charla con los amigos, una buena comida y el privilegio de contar con la pausa necesaria para degustar los aromas y sabores de una esplendorosa copa de vino.

“El vino es mejor en tu boca. Te amo es más tierno en tu voz” dice la letra de “Amarte es un placer.” Maravillosa alegoría de los placeres de la vida común.

Luis Miguel da un último sorbo a su copa y se levanta de su asiento. Camina en busca de la salida, con las manos en los bolsillos, regalando sonrisas corteses a quienes encuentra a su paso. La caricia del vino le ha calentado el alma a “El sol de México”. Es tiempo de ir a brillar en otro cielo.

 

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