El vino del Marqués de Pombal

Nunca en la historia, un producto vinícola ha sido tan importante para un país como lo fue el Vinho do Porto para Portugal en 1756. No es exagerado decir que gracias a Sebastião José de Carvalho e Mello, mejor conocido como el Marqués de Pombal, la reconstrucción de Lisboa tras el sismo de 1755, se pagó con los ingresos del vino de Porto.

Desde 1750 hasta 1777, el Marqués de Pombal asumió el cargo de Primer Ministro al servicio del Rey José I de Portugal. Su gobierno se caracterizó por grandes reformas económicas y sociales aplicadas con firmeza bajo el salvoconducto de la monarquía absolutista de la época. La mano dura con que Pombal aplicó sus encomiendas, lo convirtió en una de las figuras más controvertidas en la historia portuguesa.

El inicio de su gobierno estuvo marcado por la debacle del reino de Portugal. La economía del país se mantenía estancada y dominada por las rutas mercantes británicas. Las políticas Pombalianas se enfocaban en la apertura de Portugal a la realidad económica de naciones más avanzadas, como Francia y el Reino Unido aprovechando las ventajas de sus puertos y estableciendo políticas de control y protección a los productos de exportación portugueses. Entre ellos, el Vinho do Porto, un producto de gran calidad y muy codiciado por los británicos.

Pero el 1 de noviembre de 1755, la crísis se agudizó con el terremoto de Lisboa, un gran sismo que devastó la capital del país. Los historiadores señalan que probablemente murieron entre 60 y 100 mil personas a consecuencia de un violento movimiento telúrico que los geólogos modernos calculan con una intensidad de 9 grados Richter y que además, provocó un tsunami y un grave incendio que redujo a cenizas la capital portuguesa.


El terremoto acrecentó la presión a las políticas del Primer Ministro y tuvo un fuerte impacto en las intenciones colonialistas de Portugal en América del Sur y África. Sin embargo, Pombal ideó un plan bastante ambicioso para reconstruir Lisboa aprovechando la calidad y buena fama de los vinos portugueses, particularmente del vinho do Porto.

El origen del vinho do Porto (o vino del puerto) se remonta a los siglos XVI y XVII, se trata de un vino catalogado dentro de la categoría de los vinos fortificados, debido a su alto nivel alcohólico y a que en su elaboración tradicional, se adiciona brandy al vino mientras esta en proceso de fermentación. Esta curiosa característica, lo hace ideal para soportar la variedad de temperaturas y humedades a bordo de los barcos ingleses, durante una época de gran comercio marítimo.

La variedad de uva con la que se produce el Porto es la Touriga nacional, la uva insignia de Portugal que se cultiva en un macizo montañoso en las provincias de Trás-os-Montes y de Beira Alta, cerca de la frontera con España. Hay tres tipos de Oporto: los ruby, los tawny y los blancos.

En 1756, el Marqués de Pombal decretó la creación de la “Región Demarcada del Duoro”, que se extendía a lo largo del Valle del Duoro, el río que nace en las cumbres de Soria, en España y que desemboca en el océano Atlántico, en el estuario de Porto. La demarcación, fue el primer antecesor de las denominaciones de origen modernas que conocemos hoy en día, pues dentro de sus estatutos, exigía la regulación estricta de todos los vinos producidos en la región del Duoro, delimitaba un territorio específico para su producción y castigaba a los productores de vinos de menor calidad y vendidos a precios más baratos.

La estrategia de Pombal fue nacionalizar y monopolizar la producción del vinho de Porto por parte de la corona. Sólo así podría equilibrar el déficit del Estado portugués y financiar la reconstrucción de la capital con los ingresos controlados de las exportaciones. En otras palabras, Pombal pagó la reconstrucción de Lisboa con los ingresos del vino de Porto. El Marqués fomentó el comercio de los vinos de la región del Duoro, sustentando su calidad en una producción controlada directamente por el reino.

 

El 10 de septiembre de 1756, Pombal estableció la Companhia Geral da Agricultura das Viñas del Alto Douro (Compañía General de la Agricultura de las Viñas del Alto Duero), institución encargada de preservar la cultura de la viña del Duoro, proteger la pureza del producto y controlar la producción, comercialización y rendimientos de los ingresos de la corona.

 

La “Companhia” tenía amplios poderes y privilegios, quedaba con el monopolio de la exportación de los vinos del Douro, tenía el monopolio del aguardiente y el monopolio de la exportación a Brasil, entonces el 2º mejor mercado después de Gran Bretaña, para los vinos portugueses.

Otras funciones de la Compañía incluían la demarcación de los terrenos del Alto Duero. Así, Pombal introdujo en la historia del vino el concepto antecesor de la DOC (Denominación de Origen Controlada), que luego se extendería por Europa. La región del Alto Douro fue muy específica, al certificar que los viñedos fueran clasificados y la producción y el comercio controlados bajo una estricta supervisión

Para ejecutar con mano de hierro la ley, Pombal llegó al punto de mandar arrancar todos los arbustos de bayas conocidos como sabugueiros de un radio de decenas de kilómetros de los viñedos, para evitar la fabricación de los falsos “vinos de feitoria”. Además, entre 1757 y 1761 se colocaron marcos de granito delimitando geográficamente los límites de la región. Algunos de estos marcos, llamados “marcos Pombalinos”, todavía pueden ser vistos hoy en día por la región del Douro.

 

Sin embargo, la administración de Pombal, no estuvo libre de controversia.  Cientos de comerciantes y viticultores que se negaban a acatar la ley terminaron desterrados en Angola. Además, se denunciaron muertes, aprehensiones y confiscaciones de casas, terrenos y vinos. Como la Compañía reportaba directamente al rey y no a los tribunales civiles, la población comenzó a identificarla como la policía del Vino de Porto.

Sin embargo, el plan de Pombal funcionó. Los ingleses comenzaron a importar masivamente el “vinho velho” como competidor de los vinos dulces como el Jeréz de España.

No sólo la sed insaciable de los ingleses aceleró la reconstrucción de Lisboa, también se conquistaron nuevos mercados, como el de Escocia, Alemania y Holanda, así como el de Rusia, que firmó acuerdos comerciales con Portugal en 1789.

No es casualidad que el vino de Porto haya sido durante varios siglos una importante fuente de ingresos para el Estado. Para dimensionar la importancia del vino en la economía portuguesa, basta recordar que en 2005, las ventas de vino de Porto ascendieron a más del 60% del total de las exportaciones de vino portugués.

Con plata en sus arcas, Pombal se encargó de trazar personalmente el nuevo rostro de Lisboa, estableciendo una plaza comercial a orillas del río Tajo y un corredor mercantil llamado Baixa Chiado, que hoy en dia, sigue siendo uno de los barrios más bellos y característicos de la ciudad de Lisboa.

En la región portuguesa del Douro, se enorgullecen de tener la denominación de origen más antigua del mundo con más de 260 años de historia. Hoy en día, muchas bodegas del vinho de Porto tienen nombres ingleses debido a que fueron adquiridas por familias importadoras del Reino Unido para atender la enorme demanda de los vinos fortificados portugueses en la isla británica.

Las contribuciones del Marqués de Pombal al desarrollo del pueblo portugués son recordadas hoy en día con una infinidad de estatuas y parques públicos a lo largo del país.

Incluso existe una celebración llamada la Fiesta de la Pombalina que se celebra del 2 al 4 de septiembre, justo antes de la Vendimia, en la pequeña localidad portuguesa de Sao Joao de Pesqueira y en la que se rinde homenaje al Marqués de Pombal, el hombre que durante el siglo XVIII, reconstruyó la capital de su país con las ventas de los magníficos vinos portugueses.