El sommelier del papa, un consejero espiritual

En el mundo vinícola es muy conocida la importancia de la Iglesia en el desarrollo y difusión del vino. Los monjes de las Abadías de Cluny y Cîteaux, fueron los precursores de la implantación y expansión del vino de Borgoña, Francia, y más tarde en el Camino de Santiago, Castilla, Cataluña y Piamonte… Pero, ¿qué hay de la relación directa entre el Vaticano y el vino?

El profesor italiano Mario Fregoni ha recuperado e investigado un tratado del siglo XVI sobre la relación de los papas con el vino. Este capítulo de la historia, que cruza a la vida vaticana con el vino fue revelado por el profesor de la Universidad Católica de Vitivinicultura de Piacenza, Mario Fregoni, a partir de su investigación de un documento del siglo XIX conocido como “Sentencias del Papa Paulo III” y su bottigliere Sante Lancerio.

Cuando Alessandro Farnese (Paulo III) fue elegido para ocupar el sillón de San Pedro en 1534, una de sus primeras decisiones fue definir quién sería su bottiglieri: el encargado de servir a su santidad en materia de vinos, bebidas y comidas. Llamó a su corte al experto en vinos, historiador y geógrafo Sante Lancerio. Este hombre acompañaba al papa en todos sus viajes y le servía refrigerios que acompañaba siempre con bueno vinos. Su intención era elegir un vino de acuerdo al lugar donde se encontraba Su Santidad.

 


Paulo III, el papa amante de los vinos

Lancerio era reconocido por su cultura y conocimientos además de tratarse de una persona de confianza de Su Santidad. Como miembro de la corte papal, su rol era básicamente probar y calificar todos los vinos que recibía Paulo III y administrar su numerosa cava. Esta conducta fue la que hace pensar que este Papa fue un verdadero enófilo y quizás el que más disfrutó del vino durante el pontificio.

El papa Paulo III fue tan aficionado a los vinos, que no tuvo reparo en excomulgar a Enrique VIII, a quien entre otras barbaridades, le gustaba tomar largos baños en vino grecco di soma.

El bottiglieria, el precursor del moderno sumiller

Por lo tanto, la labor del bottiglieri durante esos años, fue la de atender los gustos del Papa, así como investigar cuáles eran los mejores vinos que éste podía beber durante sus viajes de acuerdo a cada ocasión o motivo de sus encuentros.

Con los años, la figura del bottiglieri sería conocida como sommelier o sumiller. Al no existir registros previos a Sante Lancerio sobre esta función, se lo considera el primero en desarrollar profesionalmente dicha carrera.

¿El primer winewriter?

Tras la muerte del Pontífice, este noble bottiglieri dejó registro no solo de su trabajo a las ordenes vaticanas sino también una carta de cincuenta vinos que solía beber Paulo III.

El título era ‘Giudicati da Papa Paolo III e dal suo bottigliere Sante Lancerio’ ( Sentencias del papa Pablo III y de su sumiller Sante Lancerio), que es un auténtico tratado de todo lo concerniente al vino.

En estos textos se puede apreciar en detalle su percepción y opinión de cada caldo junto a sugerencias de consumo basadas en estados de ánimo, ocasiones, ya sean protocolares o no, y hasta maridajes. Incluso le baja el pulgar a más de un vino sin contemplación alguna.

Si por su labor al servicio del Santo Padre podemos concluir que se trata del primer sommelier de la historia, también deberíamos agregar al currículum de Sante Lancerio que fue pionero como winewriter.