Un Gran Borgoña Olvidado de Emmanuel Guillot, una novela gráfica sobre los buenos vinos

El tema del vino es cada vez más abordado en la trama de los cómics alrededor del mundo. Parte del éxito de estos productos, es que el “noveno arte” ofrece al vino una puerta de entrada amable a un mundo considerado demasiado complicado para los principiantes. Novelas gráficas como “Un Grand Bourgogne oublié” (Grand Angle, 2014) del escritor y enólogo francés Emmanuel Guillot permiten a los no iniciados, descubrir el vino de una manera simpática y divertida.

Guillot es un escritor y vinicultor originario de Burgundy, Maconnais en Cruzille, Francia. Ha sido sommelier profesional, comerciante de vinos y actualmente, es el director de los viñedos Domaine Guillot-Broux. Una vida dedicada al vino le dieron los argumentos necesarios para concebir la fascinante historia de la novela gráfica que se publicó por primera vez en 2014, en colaboración con el escritor Hervé Richez y el dibujante Bruno Quenioux.

“Un gran Borgoña olvidado” cuenta la aventura de Manu (Emmanuel Guillot), un joven enólogo que descubre durante una reunión con sus amigos una vieja botella de vino sin etiqueta. Al probarlo, Manu se da cuenta que es el mejor vino que ha bebido en su vida. Se trata de un vino extraordinario, sublime y fuera de lo común, pero la botella carece de etiqueta o un emblema en el corcho que pudiera dar pistas sobre su procedencia. Como buen viticultor, el sueño de Manu es crear un gran vino como el de aquella misteriosa botella añejada por muchos años en la oscuridad, por lo que emprende una minuciosa búsqueda para dar con las vides que originaron el misterioso vino y replantarlas en una parcela que busca comprar en el valle del Mâconnais, en el sur de la región vinícola de Borgoña, en Francia. Su misión se volverá una obsesión para lograr su gran sueño: crear un gran vino en honor a su padre.

Buenos Vinos contactó al escritor y vinicultor francés Emmanuel Guillot para platicar sobre la inspiración y alcances de esa exitosa serie de novelas gráficas que se han convertido en un fenómeno de ventas en Francia y China. A continuación te presentamos una de las pocas entrevistas de Guillot para un medio mexicano especializado en vinos.


 

Cuéntanos un poco sobre ti. ¿Quién es Emmanuel Guillot?

Soy vinicultor en Burgundy, Maconnais en Cruzille, me ocupo de la propiedad de mi hermano Patrice, la bodega Domaine Guillot-Broux desde el año 2000. Antes de eso, fui sommelier en un restaurante con estrellas Michelin en Londres. También fui Comerciante de vinos en París.

Emmanuel Guillot posa con su hermano Patrice en su bodega.

 

¿Cuál fue tu primer contacto con el mundo del vino?

Nací en Brouilly, estuve en Meursault, donde trabajaba mi padre y me casé con Cruzille, en resumen: ¡Caí en el vino desde muy pequeño! Es una historia familiar en la que siempre he estado presente el vino.

¿Desde qué edad te interesaste por el mundo de los cómics y las novelas gráficas?

Desde temprana edad me apasionaban los cómics. Era el regalo que recibía en Navidad o cumpleaños. Comencé leyendo a Tintín, Asterix, Buddy Longway, Alix, pero desde entonces mis gustos han evolucionado.

¿Cómo se te ocurrió la idea de crear una novela gráfica sobre el mundo del vino?

Yo había leído “Las gotas de Dios” de Shin y Yuko Kibayashi y “Los ignorantes” de Étienne Davoneau y tenía la idea de hacer algo distinto, pero la idea realmente tomó forma en una reunión con Hervé Richez, él fue el detonador. Para mí, el proyecto fue un sueño desde que era un niño pequeño, pero un sueño imposible porque no soy nadie en el dibujo. A Hervé le apasiona el vino, así es como nos conocimos, le propuse la idea y él me dijo por qué no, así que nos sentamos a la mesa y le conté todas mis historias.

 

¿Cómo fue trabajar con Hervé Richez y el dibujante Boris Guilloteau?

Siempre es un momento privilegiado porque siempre hay una buena botella y realmente nos reímos mucho juntos. Hervé es una máquina: conoce las estructuras de los escenarios, sabe qué funciona o qué no, de memoria. Sin él, solo sería un narrador de historias hermosas. Pero con él toman forma, construimos el escenario juntos. Él sabe qué hacer o qué no hacer; así que busco en mi conocimiento, mi historia, todos los personajes son reales en mi universo y están ahí para servir la historia que escribimos, es una relación fascinante.

Con Boris fue un hermoso encuentro, también gracias a Hervé. Verlo dibujar siempre es algo mágico para mí, ver a estos personajes aparecer en papel siempre es increíble.

¿Cómo definirías la historia de “Un gran Borgoña olvidado”?

En el volumen 1 soy el héroe de los cómics y me resulta bastante divertido cuando me presento a mí mismo diciendo: “Hola, Manu, héroe de los cómics”. Ese primer libro se inspira en mi propia vida y en la de mis conocidos y amigos, todos los personajes son personas cercanas con las que trabajé y a quienes conocí gracias al vino. Con todas esas anécdotas, hemos recreado una ficción: La historia de un enólogo que buscaa el grial del vino en Borgoña.

 

En la historia, “Manu” bebe un vino misterioso, el mejor que ha tomado en su vida. En la vida real, ¿cuál es el mejor vino que has disfrutado?

El Burgundy 1959 que aparece en la historia, realmente existió y la primera escena de la novela que cuenta el descubrimiento de las botellas de Romanée Conti 38 y White Horse 29 también ocurrió en la vida real, abrimos esas botellas en casa, cuando éramos niños en Navidad. En mi vida he tenido la suerte de beber muchos vinos excelentes y decir cuál es el más grande sería imposible, pero una cosa es cierta: para que el vino sea excepcional, la gente con la que se comparte debe ser excepcional, para que el momento sea excepcional! Ese es el secreto del vino, el vino es el creador de las emociones y la embriaguez solo es buena si se comparte.

 

¿Crees que tu novela gráfica puede ser una puerta de entrada para aquellos interesados en el mundo del vino?

Estuvimos en Vinexpo Hong Kong este año, porque el cómic se tradujo al chino y ver la locura de los jóvenes cuando vieron el cómic fue increíble. Así que sí, creo que el cómic tal vez sea un vector interesante.

 

Los dos volúmenes de “Un Gran Borgoña Olvidado” han tenido mucho éxito en Francia. ¿Qué te dice la gente que ya te ha leído?

El primer volumen fue seleccionado por Fnac e hicimos muchas firmas de libros, junto con Boris y Hervé, la recepción siempre ha sido excelente, ¡el encuentro del público del vino y los cómics funciona perfectamente!

 

¿Te sorprende que tu novela haya sido traducida a idiomas como el chino?

No, porque el mundo del vino en China está en pleno apogeo y son fanáticos de los cómics. ¡Creo que hay un gran potencial en este mercado chino para los cómics!

¿Cuáles son tus planes a futuro? ¿Te gustaría que una editorial mexicana publicara su novela en español en México y América Latina?

Con respecto a la primera pregunta, que es sobre mi trabajo como enólogo, la idea es siempre buscar producir el mejor vino posible en nuestros terroirs y conocer a sommeliers y enólogos tan apasionados como nosotros. Con respecto a los cómics, estamos escribiendo un tercer volumen con Hervé, pero aún es un poco pronto para revelar la historia … ¡Estamos en eso!

Emmanuel Guillot posa con su cómic en su bodega el 22 de marzo de 2018 en Cruzille, en el noreste de Francia. – Créditos: (Foto de: PHILIPPE DESMAZES/AFP/Getty Images)

 

La novela gráfica “Un gran Borgoña olvidado” puede comprarse en línea a través de la plataforma de Amazon y las tiendas FNAC. También se puede comprar en formato digital en servicios como Izine. Para más información sobre los vinos de la bodega Domaine Guillot-Broux visita: https://www.guillot-broux.com/en/