Williams & Humbert va por el mercado mexicano de cremas de licor

El segmento de las cremas de licor está dominado actualmente por una marca comercial elaborada a partir de whiskey. Por fortuna, los entusiastas de la categoría cada vez cuentan con productos de mayor calidad que ponen de manifiesto la versatilidad y variedad del mercado mexicano.

La bodega jerezana Williams & Humbert busca competir en la categoría con una etiqueta de una calidad muy superior elaborada a a partir de su Brandy Gran Duque de Alba Reserva. Se trata de Crema de Alba, un producto que fue lanzado al mercado en el año 2001 y es el único licor de crema en el mundo elaborado con destilado de vino. Durante este tiempo Crema de Alba se ha afianzado entre los hábitos y preferencias de los consumidores españoles situándose, hoy por hoy, en los puestos más altos del ranking de su sector.

Además, desde el año 2002, la bodega Williams & Humbert, exporta la Crema de Alba a otros países situados a lo largo de los 5 continentes, alcanzando un notable éxito en cada uno de ellos, algo a lo que sin duda han contribuido los reconocimientos internacionales obtenidos por su notable calidad, como la medalla de plata conseguida en el “Concurso Mundial de la Calidad de Bruselas”.

Crema de Alba es por tanto una deliciosa e inimitable combinación de las soleras del internacionalmente conocido brandy Gran Duque de Alba e ingredientes naturales como la vainilla y el cacao. El resultado es un producto delicado, balanceado en su justo contenido alcohólico, de color marfil con tintes dorados, cremoso y dulce.

Tras largos procesos de investigación en las Bodegas Williams & Humbert, se ha logrado seleccionar cuidadosamente y mezclar en la debida proporción, delicados componentes aromáticos de alta calidad (entre otros cacao y vainilla), que junto con la solera de las que procede el mundialmente famoso Brandy Gran Duque de Alba, dan como resultado esta Crema de Alba.


Nota de cata: Bebida de color vainilla con matices dorados, cremosa y dulce. Su ligera graduación de alcohol junto a una equilibrada composición de sugestivos aromas y sabores la hacen muy apetecible no sólo al paladar, sino también a la nariz.

Preferencia de consumo: Mezclada con hielo. En cualquier caso, siempre muy fría. Resulta muy agradable en las sobremesas, tanto al mediodía como en la noche y desde luego en la tarde como copas de “trago largo”.