Los jóvenes treintañeros de hoy en día están en la cresta de la ola. Se les llama Millenials porque pasaron su juventud en el cambio de milenio y hoy en día son profesionistas, emprendedores y tienen presencia en internet.
Les interesa mucho la tecnología y su vida en redes sociales es casi tan intensa como la del mundo real. Tienen ordenador, tablet y en ocasiones hasta dos smartphones. Y ahora, también les gusta el vino.
Según la revista Wine Experience, los milenials beben tres copas en promedio al descorchar una botella con sus amigos (media copa más que la generación anterior), para ellos es una experiencia social, un mundo sofisticado y divertido que pueden compartir en sus redes sociales y en sus grupos de Whatsapp.
Pero, ¿cuáles son los vinos que más atraen a los Millenials? Diversos estudios de mercado de medios expecializados como The Wine Advocate, institución vinculada a la guía de vinos de Robert Parker, señala que los Millenials gustan de los vinos frescos, con aromas de frutas y mentolados, pero también los vinos tintos, los espumantes y los frizzantes. Para ellos no hay limitación geográfica, quieren probar vinos de todo el mundo y buscan constantemente algo nuevo, porque se aburren fácilmente.
Son jovenes que quieren vinos distintos, de cepas desconocidas, con nombres divertidos, con etiquetas con diseños atractivos. Quieren vinos modernos, de precio medio, de bodegas pequeñas y que se vendan en internet.
Según Almudena Clemente, responsable de estrategias de la consultora española Brand Union: “el vino está viviendo el intento de rejuvenecimiento para captar nuevos públicos y nuevos momentos de consumo con una transformación y modernización de códigos. La cerveza está haciendo lo contrario, se está orientando hacia una sofisticación y al carácter artesano”.
En mercados líderes en el sector, como en el de Estados Unidos, esta tendencia ya es una realidad. Según estudios de 2016, la mitad del vino que se consume en E.U. actualmente es consumido por un público Milennial. Es importante entender que se están reconfigurando los códigos asociados al tradicional mundo del vino, sobre todo el del tinto, que se ha caracterizado por una atomización de marcas y bodegas.
En diciembre de 2017, la consultora Brand Union, responsable del posicionamiento de marca de la Denominación de Origen Rioja, presentó el informe “Presente y Futuro de las Marcas de Vino”, donde se recogen las tendencias actuales del mundo del vino. En su ponencia “Grandes Marcas y marcas grandes de vino español”, Rafael del Rey, director del Observatorio Español del Mercado del Vino, ha explicado que “en grandes líneas, se van perfilando dos grandes grupos de consumo: el de los vinos Premium, particularmente en hostelería y tiendas especializadas, ligado a producciones normalmente escasas y donde la vinculación con la zona de producción es fundamental.
Y el de gran consumo perfilado al público Millenial para el que disfrutar de un vaso de vino es una experiencia social. Este público busca un vino posiblemente fresco, a buen precio, normalmente comprado a distribuidores pequeños para tenerlo en casa y en el que la relación entre el costo y beneficio resultan esenciales. Ambos tipos de mercados crecen y tienen un gran potencial”.
Los millennials representan el presente y el futuro tanto para el sector de servicio como para las bodegas, lo que obliga a los distribuidores a dejar de lado a las marcas anticuadas para ir en busca de marcas distintas, frescas y modernas.