Así fue Catando México 2019, el encuentro con el vino mexicano en Guanajuato

Una excepcional muestra de más de 100 expositores entre vinícolas nacionales, productos gourmet, cosméticos, moda y joyería engalanó la ciudad de Guanajuato Capital los pasados viernes 29 y sabado 30 de noviembre en Catando México 2019, uno de los festivales más importantes del país en torno al vino mexicano.

La Alfombra Roja de este encuentro de vinos mexicanos se extendió a lo largo de la calle Juan De Sopeña, desde la Plaza de la Paz hasta el Museo Iconográfico de El Quijote en pleno corazón de Guanajuato. Durante dos días, miles de amantes del vino mexicano recorrieron esta pasarela en la que pudieron probar vinos de Baja California, Coahuila, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y de nuevos exponentes como el estado de Puebla.

El sendero de experiencias enogastronómicas de Catando México fue amenizado por excelentes shows musicales que tuvieron como marco el escenario instalado frente al majestuoso Teatro Juárez. Además, los asistentes pudieron disfrutar de más de 16 talleres y catas impartidas por profesionales de la industria como la destacada enóloga mexicana Laura Zamora, quien formó parte del evento con su proyecto Casa Zamora y su primera etiqueta: Pescador Mexicano.

Además de la degustación de vinos rosados, tintos, blancos, espumosos y de guarda, los asistentes también pudieron cultivar sus conocimientos en el tema enológico con una serie de talleres dirigidos por jóvenes sommeliers dentro de un contexto inigualable.

LO BUENO

La oferta del festival fue una agradable combinación entre casas vinícolas de gran renombre como Casa Madero, Casa Pedro Domecq y Finca Sala Vivé, alternando con destacadas bodegas boutique como Cuna de Tierra, Bodegas Manchón, Pijoan y Don Leo y proyectos al mando de enólogos jóvenes como Distinto de Vinícola Expresión y Duoma, ambos provenientes de Baja California.  


LO MEJOR QUE PROBAMOS

Entre los vinos más interesantes que encontramos destacamos los siguientes proyectos:

Casa Zamora (Baja California)

Quienes asistieron a Catando México pudieron probar un vino que promete ser histórico: Pescador mexicano, la primera etiqueta de la gran enóloga mexicana Laura Zamora al frente de su flamante bodega: Casa Zamora. La carta de presentación de la mujer que condujo los destinos de Bodega de Santo Tomás es un verdadero poema al buen vino: Aromático, elegante, expresivo y con una agradable complejidad en boca. Un tempranillo excepcional y muy diferente a los blends que dominan el mercado mexicano. Además, el diseño de la etiqueta cuenta una historia muy personal, que los  asistentes pudieron conocer en voz de la propia enóloga.

Bodegas de La Parra (Aguascalientes)

Los vinos orgánicos premium de Bodegas de La Parra provenientes de Aguacalientes proponen un vino muy inusual dentro de la industria nacional: vino sin filtrado. Se trata de un producto que conserva todas las propiedades que se pierden al pasar el vino por sistemas de filtrados que eliminan los sedimentos. Paradoja, el Malbec premium de De la Parra es un excepcional vino orgánico que fue todo un descubrimiento.

Vinícola Bibayoff (Baja California)

Otro de los agradables encuentros fue el que tuvimos con los vinos de Vinícola Bibayoff, una bodega con muchos años de historia en nuestro país y con gran arraigo en Baja California, pero que es relativamente desconocida en el centro del país. El cabernet de esta casa es tan delicioso como su historia, que se remonta a 1907, la época en que llegaron a México las primeras familas de migrantes rusos que se asentaron en el estado, entre ellos los Bibayoff, quienes incursionaron de manera indirecta en la industria vinícola nacional produciendo uva para grandes productores como L.A. Cetto. En la actualidad han pasado de ser productores de vino a pequeña escala a elaborar etiquetas de muy buena calidad.

Bodega Miguel Hernández (Puebla)

Los vinos poblanos de la Bodega Miguel Hernández fueron un gran descubrimiento. Sí, en Puebla también se hace vino mexicano y con características muy especiales. Aunque todavía es un proyecto en desarrollo que sin duda mejorará con el tiempo, la gran mineralidad del suelo poblano ya se deja sentir en las primeras añadas de sus vinos de variedad Pinot Noir y Syrah entre muchas otras.

LO DESTACADO

Uno de los grandes aciertos del festival fue su programa de talleres. La elección de los temas fue creativa, divertida, distinta a la sobriedad que se ofrece en otros festivales. En total fueron 16 talleres los que se ofrecieron al aire libre.

La elección de los sommeliers fue una verdadera bocanada de aire fresco en el mundo del vino nacional.  Rompiendo patrones que con frecuencia se repiten en otros festivales, Catando México apostó por destacados sommeliers jóvenes, en su mayoría mujeres que le dieron un estilo diferente a sus catas.

Las destacadas sommeliers Miriam Núñez, Grecia Guerrero y Pammela Casanova acompañadas de Steve Ayón, -uno de los dos mexicanos finalistas en el concurso de mejor sommelier de América en 2019- agotaron los espacios de cada uno de sus talleres. 

LO QUE HAY QUE MEJORAR

Como en todos los festivales, hay detalles que vale la pena resolver en próximas ediciones.

El ruido

Pese a lo encantador que puede resultar la experiencia de tomar una cata en una calle colonial de Guanajuato, en ocasiones el sonido ambiente de los grupos musicales dificultaba escuchar correctamente a los sommeliers, que tuvieron que valerse de su voz ante la falta de micrófonos.

Hidratación y sanitarios

Por experiencias de otros eventos, resulta vital contar con hidratación gratuita en un evento de esta índole y baños limpios disponibles para los asistentes. Aunque es cierto que en el centro de la ciudad es fácil acceder a estos servicios entrando a un minisuper o buscando un baño público, el costo del boleto debería incluir estos detalles.

Público de calidad

Una observación de varios expositores fue que un gran número de asistentes al festival no estaban familiarizados con el tema enológico. Aunque esto en un principio podría atraer a nuevos aficionados al mundo del vino mexicano, al no contar con boleto pagado y no tener acceso a una copa, muchos de ellos no pudieron degustar. Resulta esencial atraer a más público interesado en conocer, probar  y comprar vino mexicano, como sí ocurre en festivales llevados a cabo dentro de los diferentes viñedos del país.