En su libro: “De la tierra a la luna” (1865), el autor francés Julio Verne imaginó viajes al espacio en donde los protagonistas descorchaban buenos vinos franceses y los disfrutaban mientras viajaban en la órbita de la tierra. Como muchas otras de las visiones futuristas que el genio de la Ciencia Ficción profetizó, beber vino en el espacio exterior, específicamente Champagne, podría hacerse realidad en muy poco tiempo.
Con el objetivo de conocer cómo se comportan los sabores y burbujas del Champagne en gravedad cero, la casa francesa G.H. Mumm presentó en septiembre de 2022, la espectacular botella de su etiqueta Mumm Cordon Rouge Stellar, con la que la prestigiosa firma francesa llegará al espacio exterior. La intención de esta iniciativa es parte de un estudio con al menos cuatro años de desarrollo en asociación con la empresa especial Axiom, que en 2023 pondrá en operación su propia Estación Espacial Internacional.
Se trata de un experimento que intenta resolver un problema bastante añejo en las misiones espaciales: la pérdida del aroma y el sabor de los alimentos en el espacio. En el caso de la champaña, se suma una complejidad adicional, ya que en gravedad cero, las burbujas no se liberan al salir del envase, lo que impide que el aroma característico no llegue a las fosas nasales de los cosmonautas.
El cellar master de Mumm, Laurent Fresnet, participó de un vuelo parabólico para conocer cómo podría impactar las condiciones de gravedad cero en el vino. Tras cuatro años de investigación, nació Mumm Cordon Rouge Stellar que cumple con los requisitos certificados por el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) de Francia y con la normativa de la Denominación de Origen Certificada Champagne.
Mumm Cordon Rouge Stellar formará parte de las provisiones de la próxima misión Axiom Space, donde se probará el ritual del brindis y las condiciones de la degustación en el viaje espacial. El envase está asegurado por un dispositivo de apertura y cierre diseñado para este modelo de botella, donde solo entra en contacto con el vidrio y el acero inoxidable, igual que en los tanques de mezcla de Mumm en las bodegas de Reims.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que un vino francés viaja al espacio. En noviembre de 2019, la empresa Space Cargo Unlimited envió 12 botellas de Château Pétrus 2000 a la Estación Espacial Internacional para analizar cómo afectan las condiciones de ingravidez y falta de oxígeno el proceso de maduración del vino. Tras añejarse 14 meses en la órbita terrestre, las botellas de Petrus regresaron al plana Francia en 2021,y fueron degustadas por expertos que intentaron determinar cómo les afectó salir de la atmósfera terrestre.
Según la cata de los expertos, el vino logró sabor a pétalos de rosa y aromas a fogata. Respecto a las diferencias respecto a otras botellas de la misma cosecha añejadas en tierra en óptimas condiciones, los expertos, como la escritora especializada en temas vinícolas Jane Ansson, coincidieron al señalar que el añejamiento en el espacio exterior aportó al vino dos o tres años adicionales de evolución y un marcado aroma floral diferente al de la tierra.
Solo el tiempo dirá si los brindis con buenos vinos durante un viaje espacial se convierten en una más de las visiones futuristas que el vanguardista e imaginativo Julio Verne anticipó en sus libros con un siglo y medio de anticipación.