Ribera del Duero, vinos llenos de historia, presente y futuro.

Para una región vinícola, su capital más valioso es su prestigio. Ese es un concepto que tienen muy claro el Presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de vinos de Ribera del Duero, Pascual García y el Director General del Consejo, Miguel Sanz, una dupla de profesionales del vino profundamente arraigados a los maravillosos vinos de la región.

Para García, “cada botella de vino de Ribera del Duero lleva dentro mucha ilusión, buen hacer y mucha historia, pero también mucho presente y futuro“. Por su parte, Sanz considera que “la mejor copa de vino es la que te deja sin palabras. La que detiene una conversación y te hace mirar la copa para disfrutar del momento”.

Los directivos españoles, transmiten en su charla su entusiasmo por los vinos de altísima calidad de Ribera del Duero. Para ambos, sus bodegas son como una familia con el mismo apellido, pero con una personalidad propia

Tras un par de años de no visitar México, los directivos de Ribera del Duero visitaron nuestro país para supervisar las acciones de educación que lleva a cabo el Consejo Regulador en las principales ciudades mexicanas. Para conocer más sobre la actualidad y planes a futuro de esta destacada zona vinícola, platicamos con ellos a su paso por la Ciudad de México.

La industria del vino ha sido particularmente resistente a acontecimientos históricos como guerras o epidemias. En el recuento de los daños, ¿cuáles han sido los costos y las oportunidades que les ha dejado la pandemia del Covid 19?


Pascual García: Gracias a la potencia de la marca genérica Ribera del Duero, curiosamente hemos tenido un año con récord de ventas. La gente estaba ansiosa de salir y tomar vino, así que apenas se abrió un poco la actividad comercial hemos tenido un año histórico, el 2021, ha sido el año en que más vino se ha vendido en la historia de la Denominación de Origen. En  términos generales, no hay un problema de vino estancado en las bodegas de Ribera del Duero.

En España, Ribera del Duero ha instaurado con gran éxito conceptos como el festival musical Sonorama Ribera, que apuesta por públicos jóvenes. ¿Por qué no se han implementado en México acciones de ese tipo?

Miguel Sanz: La respuesta sería ¿por qué no? Pero creo que aún no estamos en esa fase en México. En España tenemos una cultura del vino que vivieron los jóvenes pero de la que se alejaron, hace unos cinco  años cuando decidimos apostar por el festival musical Sonorama Ribera y por otros eventos la idea fue ir por el consumidor, a buscarlo donde el consumidor está y mostrarle la cara amable del vino. Aquí en México pensamos que todavía no tienen cultura del vino, entonces, traerles un Sonorama Ribera y ponerles vino, sabemos que no van a consumir Ribera. Pero no quiere decir que no terminemos llegando con un Sonorama Ribera México, sí que es verdad que tenemos una asignatura pendiente y que tenemos que adaptarnos a la cultura mexicana, tenemos que buscar a los jóvenes y salirnos poco a poco de la promoción en los grandes restaurantes y buscar al joven en otro tipo de restauración que está surgiendo que es más informal, más exigente y menos exigente en cuanto a paladar, también ahí tenemos que ir.

En México es común que Ribera del Duero aparezca entre las regiones de vinos más valoradas por el público. ¿Qué acciones lleva a cabo el consejo regulador de Ribera del Duero para refrendar su prestigio?

Miguel Sanz: Las acciones que hacemos aquí se basan en una campaña de educación. El consumidor mexicano, a diferencia del español, que viene de una cultura del vino no suele entender el producto. Cuando el mexicano va a un restaurante o a una tienda a veces necesita ayuda sobre qué pedir. Entonces, ahí los elementos clave son los prescriptores, es decir los meseros y los sumilleres, todos nuestros esfuerzos se enfocan en educar a los prescriptores para que ayuden al consumidor a tomar una mejor decisión en su compra. Es decir para explicarle qué es un Ribera y por qué este vino cuesta esto cuando tengo éste otro más barato, qué me da, qué no me da. Yo creo que esa educación está ayudando al canal a estar más formado en el mundo del vino y a la vez da más tranquilidad al consumidor porque sabe que va a haber alguien que lo puede asesorar y lo va a llevar de la mano. Esas son las acciones que estamos llevando en las principales ciudades de México, porque Ribera del Duero, como vino de calidad, siempre está asociado a la alta gastronomía. A medida que comienzan a aparecer restaurantes de alta gastronomía, a la par estamos formando a educadores para que lleven de la mano al cliente.

¿Cómo responden los bodegueros de Ribera del Duero al inminente avance de calidad de los vinos del nuevo mundo y de países como China?

Miguel Sanz: Para nosotros la competencia siempre es sana. La llegada de nuevos vinos que nos ayuden a engrosar la masa de consumidores siempre será bienvenida. Ribera tiene el tamaño que tiene y la estrategia que tiene y no va a cambiar. Vamos a seguir haciendo vinos de calidad basados en el tamaño que tienen sus dimensiones y su producción. Nosotros siempre buscaremos al cliente que busca calidad consistente, vinos complejos y estructurados para disfrutar. Si llegan vinos chilenos y argentinos que logran que en vez de cuatro millones de consumidores de vino en México llegamos a cincuenta, bienvenido sea.

Pascual García: El vino puede producirse en todo el mundo. Pero yo creo nosotros tenemos nuestro clima y nuestra tierra y eso no va a cambiar, eso va con nosotros. Entonces creo que eso es fundamental para que los nuevos jugadores en el mundo del vino nos hagan mejores. Que vengan nuevos productores que nosotros estaremos ahí, mejorando nuestros vinos, que es nuestra obligación. Hoy hay una nueva mentalidad dentro de la viticultura y dentro de las bodegas de que hay que ser las cosas bien. El vino perfecto, siempre estará por llegar, pero hay que ir por él. Estamos en un segmento de vino de calidad y sabemos lo que hay que hacer.

Es común encontrar celebridades que buscan involucrarse en el negocio del vino. ¿Cómo ven los bodegueros de la D.O. esta dinámica?

Miguel Sanz: Ribera pasó antes del 2008, llegaron actores como Antonio Banderas, pero no para producir sino como socio de una bodega, porque le gustaba el mundo del vino. También llegaron constructores, con mucho dinero y entraron al mundo del vino, pero la verdad es que este mundo necesita pasión, dedicación y mucho tiempo. Todos estos personajes nuevos que llegaron a la viticultura no tenían tiempo para dedicarse a la viticultura, pensaban que era cuestión de llegar, plantar viña y ya sacabas un vino bueno. Y la verdad es que no, la mayoría de estos proyectos fracasaron. Ahora quienes están llegando son bodegas de otras zonas, que quieren hacer cosas diferentes y que saben que Ribera es el lugar para hacer un gran vino. Se trata de gente con expertise, conocimiento y que necesitaban la tierra de nuestra zona para hacerlo. Lo otro, gracias a dios no prosperó.

La región vinícola de Ribera del Duero tiene una historia con raíces muy profundas. ¿Es verdad que ahí donde se dictaron las primeras normas vinícolas de España?

Miguel Sanz: En España, las primeras normas para producir una vendimia se dan en Ribera del Duero en el siglo XIV. El conflicto entre los viticultores y los pastores que dejaban sus ovejas pastar libremente por los campos hasta introducirse en los viñedos y comerse las uvas motivaron que la Reina de España fijara en su momento una normativa de cómo debía hacerse la vendimia y donde se podía y dónde no se podía pastar. En ese control se establecen las normas de comercialización del vino para controlar la calidad de lo que se servía, para que el vino viniese de la zona y no llegaran vinos baratos de otros lugares para venderlos ahí y que el vino no se aguara. Estamos hablando de los principios de un control de calidad establecido durante los siglos XV y XVI que luego se van replicando a lo largo del tiempo.

Para concluir esta charla, me gustaría conocer su visión personal del vino ¿Qué mensaje encierra una botella de vino de Ribera del Duero?

Miguel Sanz: Cuando estás bebiendo una copa que te sorprende, que te pide otro sorbo, una copa que a medida que la vas bebiendo se va transformando y te das cuenta que es un vino complejo, amable y que te facilita una conversación comienzas a preguntarte quién hizo ese vino, qué historia está detrás, cómo alguien tuvo el gran sueño de hacer un gran vino y trabajó, sufrió heladas, tuvo problemas financieros hasta llegar a un producto que llegó a sorprenderle. Cuando en Ribera haces un buen vino, no es un producto para el mercado masivo, no es un producto cualquiera, hay una historia. Una botella de Ribera del Duero contiene multitudes de gente, de historias, de factores. Lo más sorprendente es que en Ribera no hay dos vinos iguales.