Para los estudiosos del vino, acostumbrados a dedicar tiempo y concentración a la percepción de aromas y sabores, recorrer los senderos de un bosque es un placer comparado a vertir un poco de vino dentro de una copa.
Si alguien sabe de este tema es la bodega argentina Santa Julia, quienes desde hace unos años han destacado en el mercado del vino orgánico por sus etiquetas libres de compuestos químicos y procesos industrializados. Para sensibilizarnos y ponernos en contacto con la naturaleza, los representantes de la marca en México nos invitaron a vivir una innovadora experiencia de Wine Hiking, un concepto fuera de lo común que conecta a las personas interesadas en la cultura vinícola en un entorno totalmente natural.
De la mano de la sommelier Fabiola Nieto, creadora del concepto Wine for Hiking, recorrimos los senderos del bosque de pinos del Parque Ejidal San Nicolás Totoloapan en la zona de Picacho Ajusco al sur de la Ciudad de México. Dentro de esta innovadora experiencia, se enseñan las técnicas básicas del senderismo, como lo es caminar correctamente y cómo usar los bastones de apoyo que hacen más sencilla la marcha.
Aunque resulte paradójico, aprender a caminar en terrenos sinuosos e inclinados, así como respirar correctamente en un entorno en el que los aromas vegetales cambian a medida que se avanza, resulta una experiencia sensitiva sumamente agradable.
Tras caminar durante varios minutos, nos reunimos en una cabaña donde la sommelier Fabiola Nieto ofreció una cata en la que nos contó cómo surgió el concepto que cada vez gana más adeptos en el mundo del vino y cómo caminar en la montaña la llevó a superar una crisis personal en medio de la pandemia por el Covid 19. Más tarde nos platicó sobre las bondades de los vinos argentinos de Santa Julia y la potencia y particularidades de la variedad malbec.
La necesidad del ser humano por entender y valorar el entorno es uno de los fundamentos de los vinos jóvenes de Santa Julia. Vinos dinámicos, listos para disfrutarse en toda ocasión y que además de respetar al entorno cumplen con una función social que beneficia a las familias de los trabajadores en toda la cadena de producción, gracias a una política social que impulsa el estudio y desarrollo de los hijos de quienes trabajan en la bodega.
Los tonos encendidos y la frutalidad tradicional de variedades como la emblemática malbec argentina están presentes en las etiquetas de Santa Julia, que como pudimos conocer, maridan perfecto con platillos de la cocina mexicana, como las tostadas de cochinita pibil. Gracias a sus notas a frutos rojos, su acidez y tanicidad moderada que se disfrute sin tanto protocolo, los vinos de bodega Santa Julia son dinámicos, fáciles de beber y perfectos para romper con el protocolo cotidiano y acompañar una comida al aire libre, pues lo mismo pueden acompañar un plato de quesos curados y carnes frías que una chapata elaborada con quesos y embutidos que bien puede viajar en cualquier mochila.
El gran escritor español Miguel Delibes alguna vez escribió que:
“Hay pocas cosas más gratificadoras para el hombre que enseñorarse de una montaña cuya mole observa cada día altiva y desafiante”.
Aunque en la Ciudad de México no contamos con montañas, sí puede verse desde cualquier parte de la capital la zona boscosa del ajusco, por lo que desde aquí invitamos a recorrerla, caminarla y celebrar la llegada a lo más alto con un buen malbec de Bodega Santa Julia.